Paco Ibáñez ha actuado durante tres días en Madrid. Le acompañaban cuatro poetas: Luis García Montero, Bernardo Atxaga, Antonio García Teijeiro y Joan Margarit, uno por cada lengua española. Paco Ibáñez también cantó en las cuatro. Fue hermoso oírlas juntas, sin tensiones, sin crujir de dientes ni rasgar de vestiduras; hermanas por una vez, compartiendo y sumando. Así debería ser, en vez de convertirlas -todas- en armas arrojadizas. Solo hay un enemigo: la intolerante incultura maniquea, y esa está en todas partes.
No me resisto a transcribir aquí algunos de esos poemas. Así que ahí van:
LA POESÍA
La poesía es inútil, sólo sirve
para rla cabeza a un rey
o para seducir a una muchacha.
Quizás sirve también,
si es que el agua es la muerte,
para rayar el agua con un sueño.
Y si el tiempo le otorga su única materia,
posiblemente sirva de navaja,
porque es mejor un corte limpio
cuando abrimos la piel de la memoria.
Con un cristal partido,
el deseo
hace heridas más sucias.
La poesía eres tú,
un corte limpio,
una raya en el agua
-si es que el agua es razón de la existencia-,
la mujer que se deja seducir
para cortarle la cabeza a un rey.
LUIS GARCÍA MONTERO
BIHOTZ, ANTZINAKO BIHOTZ
Bihaotz, buztinezko Bihotz,
Etxe ttiki bat zara,
Ahula, hauscorra, lau gelatako;
Lau, lau gelatan Bihotz,
Zenbat mamu dauzkazun,
Nola ikaratzen zaren, gauean;
Gau, gau batzutan Bihotz,
Hautsi egiten zara,
Lurrera jause eltzetxo baten gisan;
Bihotz, jausitako Bihotz,
Ari zara intzirika,
Kexu zara, negar zara, oi Binotz;
Zer, zer diozu Bihotz,
Ez zaitut konprenitzen,
Zure hitza arrotza zait, bitxia;
Zeit, Einsamen Helian,
Abens grauen flammendes,
Ez zaitut konprenitzen, oi ene Bihotz;
Der Tod ist ein Meinster,
Und du, zur Linken, du,
Ez zaitut konprenitzen, oi ene Bihotz;
Der, des menschen Sinn,
Von zweifeln voll,
Ez zaitut konprenitzen, oi ene Bihotz;
Bihotz, antzinako Bihotz,
Ez al zara zaharregi,
Eta ilun, eta itxu, baregarri;
Illun, ez da dena ilun,
Begirazazu leihotik
Idustazu baso hori, berdatzen;
Berde, zein berde dauden,
Basoko garo zuhaitzak,
Zein ixil eta lasai, arratsean;
Arrats, arrats hontan Baso,
hartzazu ene Bihtza,
Buztinetik sortua da, zu bezala.
BERNARDO ATXAGA
MENTRES PASABAN OS CABALOS DA NOITE
Pasaron os cabalos da noite
mentres durmía.
E soñaba cos seus rinchos.
Fóra, chovía.
Por cabalgar nos seus lombos
eu devecía,
mais pasaron desbocados.
Quen o diría!
Xa estarán polo amencer
preto do día
e fiquei sen os seus folgos,
sen alegría.
Pasaron os cabalos da noite
mentres durmía
e con eles a ilusión.
Fóra, chovía.
ANTONIO GARCÍA TEIJEIRO
L'EPOCA GENEROSA
Nostres com les cançons que fan plorar
són aquells dies.
Van ser la veritat de quan es feia fosc
amb somriures, banyant les criatures.
El cansament alegre del sopar.
Les cares que mai més
no han tornat com llavors a confiar-se.
La vida s'alimenta dels dies generosos.
De donar i protegir.
Quan s'ha pogut donar, la mort canvia.
JOAN MARGARIT
En la segunda parte del recital, se fueron los poetas y Paco Ibáñez cantó (cantamos) sus canciones de siempre: Gabriel Celaya, Rafael Alberti, José Agustín Goytisolo, Cernuda, el Arcipreste de Hita... Solo unos pocos. Su voz sigue teniendo fuerza y sentimiento, pero... son más de ochenta años.
El público era una panda de viejunos nostálgicos, yo la primera, que escuché por primera vez a Paco Ibáñez en el instituto, donde mi profesor de Lengua y Literatura trajo sus discos (de vinilo) y un tocadiscos (portátil, algunos no sabrán ni de qué estoy hablando), y escuché la poesía de Blas de Otero, de Jorge Manrique, de Góngora, de Quevedo, de Lorca... Hay que decir que sus discos estaban prohibidos, que mi profesor se arriesgó a que lo expedientaran y que yo no olvidaré jamás aquellas clases.
Marta de Nevares
Para los que ni les suene este señor, les diré que era (y es) algo así como un juglar que puso (y pone) música y voz a los poetas de todos los tiempos, que estuvo prohibido por la dictadura franquista y que sigue fiel a su ética y a su estética.
Os dejo aquí un vídeo en el que Rafael Alberti recita su poema "A galopar" y después lo canta Ibáñez. Corría el año 1991.