Con ellas, los alumnos se han acercado a la poesía. Ya se sabe, no hay nada más poético que un crepúsculo otoñal.
VIENTO
DE OTOÑO
Hemos visto, ¡alegría!, dar el
viento
gloria final a las hojas doradas.
Arder, fundirse el monte en llamaradas
crepusculares, trágico y sangriento.
gloria final a las hojas doradas.
Arder, fundirse el monte en llamaradas
crepusculares, trágico y sangriento.
Gira, asciende, enloquece, pensamiento.
Hoy da el otoño suelta a sus manadas.
¿No sientes a lo lejos sus pisadas?
Pasan, dejando el campo amarillento.
Hoy da el otoño suelta a sus manadas.
¿No sientes a lo lejos sus pisadas?
Pasan, dejando el campo amarillento.
Por esto, por sentirnos
todavía
música y viento y hojas, ¡alegría!
Por el dolor que nos tiene cautivos,
música y viento y hojas, ¡alegría!
Por el dolor que nos tiene cautivos,
por la sangre que mana de la
herida
¡alegría en el nombre de la vida!
Somos alegres porque estamos vivos.
¡alegría en el nombre de la vida!
Somos alegres porque estamos vivos.
José Hierro
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