viernes, 18 de diciembre de 2015

FERIA DE LA LUZ - RELATOS DE LUZ Y SOMBRA I


Los que querían participar en esta actividad tenían que coger una tarjeta con una palabra con "luz" y otra con una palabra con "sombra", al azar, por supuesto. Con ellas, tenían que componer un microrrelato. 


Hubo muchos, muchísimos. Hemos seleccionado algunos.



Cuando estás triste, todo parece sombrío. De pronto aparece esa persona y te llena de alegría, sobre todo de amor.

Después del crepúsculo, hay un día luminoso.

Un señor muy alegre tenía una vida muy tranquila, hasta que empezó el apocalipsis zombi. Estuvo escondido muchos meses. Esperó a que el mundo acabase y finalmente, decrépito, murió.

Iba yo un día de frío invierno por un bosque oscuro, de pronto apareció de la nada un coche, miré al cielo para guiarme, por las estrellas y, al final pude regresar a casa.

Un hada esperaba en su lúgubre cueva. Estaba triste. Hacía demasiado tiempo que no salía a la luz de la luna. Su brillo solo se veía por la noche, por eso quería pasar desapercibida. De repente, un temblor sacudió su escondrijo y la hizo salir. Esto la dejó embobada, miraba las estrellas y veía la magia de la noche. Olvidó cualquier peligro y disfrutó de la vida.

Dos chicos entraron en una casa tenebrosa, se asustaron tanto que nada más ver la puerta corrieron como nunca al camino que daba a la paz. Los chicos no volvieron a pisar la casa tenebrosa.

Había una vez una estrella que perdió su paciencia. Cegada por su inquietud, no vio que su paciencia estaba justo delante.

Había una vez una guerra que duraba y duraba y jamás se acababa, porque un malvado con un pensamiento sombrío la hacía durar. Hasta que un día llego la paz.

El viajero intentó defendernos de la oscuridad pero no pudo. El viajero había caído. La tenebrosidad rondaba por todas partes hasta que un grupo de solidados consiguió tras un largo trayecto, revivir al viajero, vencer a la oscuridad y lograr que la paz reinara para siempre.

Había una vez una niña llamada Cecilia que vivía en su época de juventud. Era una buena persona, pero sentía un odio atroz a las personas que la traicionaban. Eso tenía que cambiar…


El anochecer  del día 28 de marzo fue muy luminoso, había mucha gente en las calles. Cuando anocheció, un monstruo apareció.



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