miércoles, 10 de febrero de 2016

A VUELTAS CON EL CONDE LUCANOR I

Estamos convencidos de que nuestros alumnos necesitan escribir, escribir y escribir para poder domar "el rebelde y mezquino idioma", como decía el poeta. Deben intentarlo una y otra vez porque no hay cosa más difícil que cuajar con palabras el pensamiento. De hecho, el pensamiento se sustenta en palabras y, si no se sabe construir con ellas, las ideas no tendrán consistencia.

En fin, desde el departamento de Lengua y Literatura no dejamos de intentarlo y cualquier excusa es buena. 

Los alumnos de 1º de Bachillerato han tenido que estudiarse El conde Lucanor, obra inmortal de don Juan Manuel (allá por el siglo XIV), así que les hemos pedido que escribieran ellos un cuento con la misma estructura que los de don Juan. Iremos dejando aquí algunos de ellos, todos con sabrosos consejos. Disfrutadlos.

DE LO QUE LE SUCEDIÓ A UNA MUJER POR NO PEDIR AYUDA



Otra vez estaba el conde Lucanor hablando con Patronio, su consejero, y díjole así:
-Patronio de un tiempo acá, he notado que se meten conmigo en la escuela por ser como soy. Y tengo tantos pensamientos negativos y tanta depresión dentro de mi alma, que por más que intento evitarlos, no hablando en clase y no relacionarme con nadie, no sirve de nada. Y ya no sé qué hacer.
Lo escuchó muy atentamente Patronio, y contestó al conde:
-Señor conde Lucanor –dijo Patronio- lo que os acontece a vos se parece a lo que le sucedió a mi amiga Juana en su época de estudiante.
El conde muy desesperado, rogó que le contara lo que le había ocurrido a su amiga.
Señor conde –dijo Patronio- en mi clase había una muchacha llamada Juana, que era muy callada y poco sociable, debido a que de pequeña le había costado mucho aprender a leer y a escribir y cuando fue creciendo le aparecieron más problemas, ya que tenía que entender y estudiar muchas cosas.
Los compañeros se metían mucho con ella por cómo era y porque no entendía las cosas. También hacia preguntas tontas, según ellos, aunque para ella no lo eran. Muchas veces se equivocaba al leer o en cualquier otra cosa y se reían. Siempre estaba deprimida y para evitar que se metieran con ella no hablaba ni se relacionaba con nadie, pero esto empeoraba las cosas, ya que lo acumulaba todo y en su casa explotaba y se echaba a llorar, sola. Lo bueno de Juana era que se esforzaba mucho y era muy trabajadora, incluso sacaba buenas notas.
Así Juana decidió hablar con sus padres y con su tutora y se les contó todo lo que le ocurría. Estuvo mucho tiempo en psicólogos y apoyos que la ayudaban a superar todo esto y lo que venía después. Sus padres y su tutora la animaban en todo para que siguiera adelante en todo lo posible y Juana empezó a relacionarse a tener amigos y a sentirse feliz.

Y vos, señor conde Lucanor, si seguís aguantando todo solo vais a estar peor. Tenéis que pedir ayuda a quienes os quieren y os aprecian, aunque vos no los veáis, tenéis muchos. Y no saben lo que os pasa y nadie os puede ayudar si no ponéis vuestro granito de arena. Y si pensáis que no os van a ayudar, eso no es así, porque sois muy trabajador y un buen estudiante. Como lo que le dijeron un día a Juana:”Vale más el trabajo que la inteligencia”.

Al conde Lucanor le gustó mucho esto que Patronio le contó, siguió sus consejos y le fue bien.

Y como don Juan vio que este cuento era bueno, lo hizo poner en este libro y escribió unos versos que dicen así:

“Con ayuda y dedicación,
 te saldrá todo a la perfección”


Laura González Pajuelo, BCT11


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