Y una poesía que lo celebre. La hemos recolectado muy lejos, allá por las tierras del norte de Europa. Lejana también en el tiempo, pero no menos hermosa.
No soy mujer. Soy un neutro.
Soy un niño, un paje y una audaz decisión,
soy un rayo riente de
un sol escarlata…
Soy una red para todos los peces glotones,
soy un brindis en honor de todas las mujeres,
soy un paso hacia la casualidad y la perdición,
soy un salto en la libertad y en el yo…
Soy un murmullo de la sangre en el oído del hombre,
soy un escalofrío del alma, nostalgia y negación de la
carne,
soy un letrero que anuncia la entrada al nuevo paraíso.
Soy una llama, inquisitiva e intrépida,
soy un agua, profunda hasta la rodilla pero audaz,
soy fuego y agua en unión sincera sin condiciones…
EDITH
SÖDERGRAN (San Petersburgo1892-1923)
Edith Södergran es una poetisa finlandesa en lengua sueca que nació en San Petersburgo en 1892. Vivió gran parte de su niñez en
Carelia, zona de confluencia ruso finlandesa. Estudió en un colegio alemán y
sus primeros poemas están escritos en esa lengua. Luego escribió en sueco, su lengua familiar. Enferma de tuberculosis desde
los dieciséis años, pasó varios años en un sanatorio suizo, desde donde soñó con Italia y leyó y amó a Dante.
En 1916 (¡vaya, hace justo cien años!) publicó su primer libro de poesía, Dikter. Algunos literatos sueco-finlandeses la tacharon de ridícula. Luego vinieron otros libros, pero nunca alcanzaron una gran aceptación, aunque sí la admiración de unos pocos. A pesar de todo, ella nunca dejó de escribir poesía. Murió de tuberculosis en 1923. Hoy es considerada una de las grandes de la poesía finlandesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario