La luna se ha aprendido tu nombre
de tanto oírmelo decir sobre la arena
de este desierto o playa interminable.
La luna se ha aprendido nuestros nombres
se cree que es uno largo de Iglesia,
oración de Aleluya, verso de monja,
algo elevado alado como ella
lejano de la tierra.
La luna se ha aprendido nuestros nombres
y por la noche
se me olvida rezar
y ella lo reza:
Gloria, Gloria -como de Iglesia-
y así me acuna
yo, sobre el mar
tú, sobre las estrellas.
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