martes, 22 de diciembre de 2015

EL ÁRBOL DE LOS DESEOS PARA 2016

Al Grupo de Convivencia de nuestro instituto se le ocurrió acabar el trimestre y, al mismo tiempo, recibir al nuevo año con un ÁRBOL DE LOS DESEOS. 

Dicho y hecho: se dibujó el árbol y se corrió la voz de que había que colgar de sus ramas deseos para el nuevo año. ¡Qué éxito!

Sus ramas se han llenado de deseos pequeños y grandes. Aquí os dejamos una muestra.



Desde el Departamento de Lengua y Literatura, deseamos que todos ellos se cumplan.


FELIZ 2016

POESÍA

Último día de clase del trimestre (San Pellas, lo llaman) y, sin embargo, un grupo de alumnos ha estado ahí, en la biblioteca, a última hora (más mérito todavía) para escuchar a Escándar Algeet recitar sus poesías.






Y la poesía ha llegado a estos adolescentes como tiene que llegar, directamente, levantando sensibilidades. Ha sido hermoso.

Para aquellos alumnos que estén interesados, dejamos aquí un vídeo donde el autor recita "Un invierno sin sol".



También os dejamos un enlace a su blog:

http://escandar-algeet.blogspot.com.es/

Y no nos resistimos a copiar aquí un poema, porque nos ha llegado al alma.

HASTA NUNCA, PARA SIEMPRE

(Nada.
Otra mujer asesinada.
Nada. Nada. Nada.
Eso es lo que pasa.)

Me da igual tu vida de ninguno cabizbajo
pobre títere necesitado de cuerdas para ahogarte
ahogando
me da igual tu disfraz solitario de lobo sin
dignidad
tu mentira de sonrisa hecha pedazos
tu miedo a ser el menos del uno más
me da igual
tener que pisar tu mierda apagada
o que te mueras en soledad.

Ojalá.

Me das igual.
Tú y todas las desgracias que te puedan llegar a 
ocurrir
y que te ocurrirán, no lo dudes, todos nos vamos a
encargar de ello.
De ella.
Y de ti.

Cada gotita de miedo que provoques
traerá toneladas de consecuencias en cada paso que
te atrevas a dar
se te atreves, valiente.

Cada trocito de odio que generes
traerá consigo el amor de sabernos fuertes y 
unidos contra ti
el desprecio inerte que formará tu presencia
la indiferencia que alimentarás
el vacío con el que soñarás solo será el principio
de tu nada ausente
de tu tristeza perenne y turbia.

Somos las personas a las que nunca quisiste amar
sólo tener
y hemos traído la palabra vergüenza para
grapártela
en la frente como una idea
en la espalda como un peso
en las piernas como una hoguera.

No hay refugio para tu condena
ni pena donde puedas esconderte.
La limosna de extirpar tu estirpe de herida y
muerte
es nuestra guerra.

La belleza nos protege:

Las queremos vivas.
Las queremos libres.
Las queremos ellas.

Siempre.

lunes, 21 de diciembre de 2015

TEATRO, MUCHO TEATRO

El grupo de teatro Omix ha visitado nuestro instituto para realizar una actuación/performance con los alumnos de 1º de la ESO. Resultó francamente divertido, y algunos alumnos descubrieron sus aptitudes dramáticas.













Ha sido una buena experiencia que ha servido para  que nuestros alumnos se acerquen al teatro y a los clásicos.

domingo, 20 de diciembre de 2015

VISITA AL MUSEO ROMÁNTICO


Los alumnos de 4.3 visitaron el día 9 de diciembre el Museo Romántico. Fue una estupenda forma de repasar lo aprendido en las aulas.

sábado, 19 de diciembre de 2015

FERIA DE LA LUZ - RELATOS DE LUZ Y SOMBRA II



Había una niña llamada Darla que vivía en una ciudad en la que solo había odio y nada de alegría. La ciudad era oscura y triste, con habitantes que se odiaban. Un día, Darla decidió irse de allí y se marchó a otra ciudad en la que había paz y alegría.


Había una vez un mundo sombrío, lleno de oscuridad. Pasaron los años y todo seguía perdido en las tinieblas. Pero un día, las tinieblas se abrieron, si hizo la luz y el amor...

Había una vez un hombre que al anochecer vio un bonito y luminoso ángel revoloteando por el oscuro cielo lleno de preciosas estrellas.

Érase una vez una niña que siempre estaba triste, pero un día vino un niño y le dijo: "me alumbra tu tristeza".

Había un hombre oscuro, malvado, terrorífico, que se llamaba El Sombrío. Pero a él no le gustaba, así que se fue en busca de la tranquilidad. En su viaje se encontró con un hombre que, tras adivinar un acertijo, le otorgó la tranquilidad.

El amor condujo su vida a un destino sombrío.

El sentimiento de la inquietud, presente desde tiempos inmemoriales, lo produce un ángel, el ángel del estrés. Cuando te sobrevuela, el sentimiento te acongoja, pero nos podemos librar de él gritando sin medida.

A un niño muy triste lo alumbró un rayo de luz y le dio paz.

Paula siempre estaba muy alegre, pero un día tuvo un problema que le llenó de inquietud: ¡se había roto una uña!

Era lo mismo de todas las noches, el mismo sueño. Ya estaba acostumbrado, pero... ¿a quién le podía gustar aquello? Si por lo menos fuera de sombras o de fantasmas... Pero no, él tenía miedo a otra cosas, a eso que lo atormentaba todas las noches.

Para alejar la tristeza de tu mundo tienes que rodearte de colores luminosos.

Érase un señor lleno de ignorancia, hasta que un día vio una estrella que le dijo que no fuera tan ignorante, y le hizo caso.

Había una vez un campesino que a la luz del crepúsculo decidió plantar un árbol que creciera grande y fuerte cuando apareciera el primer resplandor. El árbol creció grande y fuerte y lo llamaron el Resplandor del Crepúsculo.

En aquel mundo ocupado por personas egocéntricas a las que solo importaba la fama, había una persona diferente. Álvaro deseaba ser invisible, no estar expuesto a las miradas de los demás y así obtener la paz interior.

Sergio era un chico que tenía una tristeza muy grande, hasta que un día encontró el amor. Su amor se llamaba Ainhoa.

Me desperté y hacía un día muy luminoso. La sombra de Isabella, cual camelia, abarcaba toda la habitación. De repente, sonó un ruido...

En la pesadilla había estrellas y en las estrellas había una sombra negra y densa como la sangre. Tenía el brillo característico de unos ojos malignos y, en efecto, lo eran.


viernes, 18 de diciembre de 2015

FERIA DE LA LUZ - RELATOS DE LUZ Y SOMBRA I


Los que querían participar en esta actividad tenían que coger una tarjeta con una palabra con "luz" y otra con una palabra con "sombra", al azar, por supuesto. Con ellas, tenían que componer un microrrelato. 


Hubo muchos, muchísimos. Hemos seleccionado algunos.



Cuando estás triste, todo parece sombrío. De pronto aparece esa persona y te llena de alegría, sobre todo de amor.

Después del crepúsculo, hay un día luminoso.

Un señor muy alegre tenía una vida muy tranquila, hasta que empezó el apocalipsis zombi. Estuvo escondido muchos meses. Esperó a que el mundo acabase y finalmente, decrépito, murió.

Iba yo un día de frío invierno por un bosque oscuro, de pronto apareció de la nada un coche, miré al cielo para guiarme, por las estrellas y, al final pude regresar a casa.

Un hada esperaba en su lúgubre cueva. Estaba triste. Hacía demasiado tiempo que no salía a la luz de la luna. Su brillo solo se veía por la noche, por eso quería pasar desapercibida. De repente, un temblor sacudió su escondrijo y la hizo salir. Esto la dejó embobada, miraba las estrellas y veía la magia de la noche. Olvidó cualquier peligro y disfrutó de la vida.

Dos chicos entraron en una casa tenebrosa, se asustaron tanto que nada más ver la puerta corrieron como nunca al camino que daba a la paz. Los chicos no volvieron a pisar la casa tenebrosa.

Había una vez una estrella que perdió su paciencia. Cegada por su inquietud, no vio que su paciencia estaba justo delante.

Había una vez una guerra que duraba y duraba y jamás se acababa, porque un malvado con un pensamiento sombrío la hacía durar. Hasta que un día llego la paz.

El viajero intentó defendernos de la oscuridad pero no pudo. El viajero había caído. La tenebrosidad rondaba por todas partes hasta que un grupo de solidados consiguió tras un largo trayecto, revivir al viajero, vencer a la oscuridad y lograr que la paz reinara para siempre.

Había una vez una niña llamada Cecilia que vivía en su época de juventud. Era una buena persona, pero sentía un odio atroz a las personas que la traicionaban. Eso tenía que cambiar…


El anochecer  del día 28 de marzo fue muy luminoso, había mucha gente en las calles. Cuando anocheció, un monstruo apareció.



jueves, 17 de diciembre de 2015

FERIA DE LA LUZ - POEMAS QUE SON LUZ

Los alumnos de 4.3 copiaron versos y poesías que hablaban de luz (y de la oscuridad) en hermosos soles amarillos. Los recitaron y  aquí están sus voces (voces jóvenes, qué mejor lugar para la poesía).








miércoles, 16 de diciembre de 2015

FERIA DE LA LUZ - CUENTOS DE LUZ

Alumnos de 1º de la ESO escenificaron el cuento popular tailandés La luciérnaga.


En un bosque de la exótica Tailandia vivía una numerosa familia de luciérnagas. Su casa era el tronco de un enorme árbol lampati, el más viejo de todo el país. Por la noche las luciérnagas salían del árbol para iluminar la noche con su tenue luz, parecían pequeñas estrellas danzantes. Jugaban entre ellas y creaban figuras en el aire, los pocos que podían ver ése espectáculo por algún casual quedaban anonadados ante tal despliegue de belleza y luces.
Pero no todas las luciérnagas estaban contentas, una de ellas, la más pequeña, se negaba a salir del lampati para volar. Se quería quedar en casa día tras día y pese a que toda su familia la intentaba convencer, ella no quería le dijesen lo que dijesen.
            Toda su familia se la miraba preocupada, sobretodo sus padres:
- ¿Porqué nuestra hija no vuela con nosotros? Me gustaría que volara con nosotros y no se quedara en casa – decía su madre.
- Tranquila, mujer. Verás como dentro de poco se le pasa y volará con nosotros – la calmaba su padre.
Pero pasaron  los días y la pequeña luciérnaga seguía sin querer salir del árbol lampati. Una noche, con todas las luciérnagas poblando el cielo nocturno del bosque, su abuela se quedó en el árbol para razonar con ella. Con su delicada voz le dijo a su nieta:
- ¿Qué te pasa, mi niña? Nos tienes preocupados a todos, ¿Por qué no sales con nosotros por la noche a divertirte volando?
- No me gusta volar – respondió tajante la pequeña
- Somos luciérnagas, es lo que hacemos mejor. ¿No quieres volar mostrando tu luz e iluminando la noche? – le insistió la abuela.
- La verdad es que… Lo que me pasa es que… - comenzó a explicar la pequeña – Tengo vergüenza. No tiene sentido que ilumine nada si la luna ya lo hace. No me podré comparar nunca ella, soy una chispa diminuta a su lado.
Su abuela la miraba con ojos enternecidos escuchándola atentamente, cuando su nieta hubo acabado la consoló con una sonrisa que la tranquilizo:
- Niña mía, si salieras con nosotros verías algo que te sorprendería. Hay cosas de la luna que aún no sabes…
- ¿Qué es lo que no sé de la luna que todos sabéis? – preguntó la luciérnaga pequeña con curiosidad.
- Pues que la luna no siempre brilla de la misma forma. Depende de la noche brilla entera o la mitad. Incluso hay días que sólo brilla una pequeña parte o se esconde y nos deja todo el trabajo a nosotras las luciérnagas.
- ¿De veras? ¿Hay días que no sale? – preguntó la pequeña con la boca abierta por la sorpresa.
- Te lo prometo querida nieta – le siguió explicando -. La luna cambia con frecuencia.
- ¡Te lo prometo querida nieta! —continuó explicando la abuela—. La luna cambia constantemente. Hay veces que crece y otras que se hace pequeña. Hay noches en que es enorme, de color rojo, y otros días en que se hace invisible y desaparece entre las sombras o detrás de las nubes. En cambio tú, pequeña luciérnaga, siempre brillarás con la misma fuerza y siempre lo harás con tu propia luz.

Y ésa misma noche, la pequeña luciérnaga salió convencida del lampati con toda su familia a iluminar la noche mientras miraba la luna con una sonrisa de oreja a oreja.



martes, 15 de diciembre de 2015

FERIA DE LA LUZ - CUENTOS DE LUZ


Alumnos de 2.1 leyeron el cuento de Gabriel García Márquez La luz es como el agua.



En Navidad los niños volvieron a pedir un bote de remos.
-De acuerdo -dijo el papá, lo compraremos cuando volvamos a Cartagena.
Totó, de nueve años, y Joel, de siete, estaban más decididos de lo que sus padres creían.
-No -dijeron a coro-. Nos hace falta ahora y aquí.
-Para empezar -dijo la madre-, aquí no hay más aguas navegables que la que sale de la ducha.
Tanto ella como el esposo tenían razón. En la casa de Cartagena de Indias había un patio con un muelle sobre la bahía, y un refugio para dos yates grandes. En cambio aquí en Madrid vivían apretados en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. Pero al final ni él ni ella pudieron negarse, porque les habían prometido un bote de remos con su sextante y su brújula si se ganaban el laurel del tercer año de primaria, y se lo habían ganado. Así que el papá compró todo sin decirle nada a su esposa, que era la más reacia a pagar deudas de juego. Era un precioso bote de aluminio con un hilo dorado en la línea de flotación.
-El bote está en el garaje -reveló el papá en el almuerzo-. El problema es que no hay cómo subirlo ni por el ascensor ni por la escalera, y en el garaje no hay más espacio disponible.
Sin embargo, la tarde del sábado siguiente los niños invitaron a sus condiscípulos para subir el bote por las escaleras, y lograron llevarlo hasta el cuarto de servicio.
-Felicitaciones -les dijo el papá ¿ahora qué?
-Ahora nada -dijeron los niños-. Lo único que queríamos era tener el bote en el cuarto, y ya está.
La noche del miércoles, como todos los miércoles, los padres se fueron al cine. Los niños, dueños y señores de la casa, cerraron puertas y ventanas, y rompieron la bombilla encendida de una lámpara de la sala. Un chorro de luz dorada y fresca como el agua empezó a salir de la bombilla rota, y lo dejaron correr hasta que el nivel llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la corriente, sacaron el bote, y navegaron a placer por entre las islas de la casa.
Esta aventura fabulosa fue el resultado de una ligereza mía cuando participaba en un seminario sobre la poesía de los utensilios domésticos. Totó me preguntó cómo era que la luz se encendía con sólo apretar un botón, y yo no tuve el valor de pensarlo dos veces.
-La luz es como el agua -le contesté: uno abre el grifo, y sale.
De modo que siguieron navegando los miércoles en la noche, aprendiendo el manejo del sextante y la brújula, hasta que los padres regresaban del cine y los encontraban dormidos como ángeles de tierra firme. Meses después, ansiosos de ir más lejos, pidieron un equipo de pesca submarina. Con todo: máscaras, aletas, tanques y escopetas de aire comprimido.
-Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada -dijo el padre-. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo.
-¿Y si nos ganamos la gardenia de oro del primer semestre? -dijo Joel.
-No -dijo la madre, asustada-. Ya no más.
El padre le reprochó su intransigencia.
-Es que estos niños no se ganan ni un clavo por cumplir con su deber -dijo ella-, pero por un capricho son capaces de ganarse hasta la silla del maestro.
Los padres no dijeron al fin ni que sí ni que no. Pero Totó y Joel, que habían sido los últimos en los dos años anteriores, se ganaron en julio las dos gardenias de oro y el reconocimiento público del rector. Esa misma tarde, sin que hubieran vuelto a pedirlos, encontraron en el dormitorio los equipos de buzos en su empaque original. De modo que el miércoles siguiente, mientras los padres veían El último tango en París, llenaron el apartamento hasta la altura de dos brazas, bucearon como tiburones mansos por debajo de los muebles y las camas, y rescataron del fondo de la luz las cosas que durante años se habían perdido en la oscuridad.
En la premiación final los hermanos fueron aclamados como ejemplo para la escuela, y les dieron diplomas de excelencia. Esta vez no tuvieron que pedir nada, porque los padres les preguntaron qué querían. Ellos fueron tan razonables, que sólo quisieron una fiesta en casa para agasajar a los compañeros de curso.
El papá, a solas con su mujer, estaba radiante.
-Es una prueba de madurez -dijo.
-Dios te oiga -dijo la madre.
El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel , la gente que pasó por la Castellana vio una cascada de luz que caía de un viejo edificio escondido entre los árboles. Salía por los balcones, se derramaba a raudales por la fachada, y se encauzó por la gran avenida en un torrente dorado que iluminó la ciudad hasta el Guadarrama.
Llamados de urgencia, los bomberos forzaron la puerta del quinto piso, y encontraron la casa rebosada de luz hasta el techo. El sofá y los sillones forrados en piel de leopardo flotaban en la sala a distintos niveles, entre las botellas del bar y el piano de cola y su mantón de Manila que aleteaba a media agua como una mantarraya de oro. Los utensilios domésticos, en la plenitud de su poesía, volaban con sus propias alas por el cielo de la cocina. Los instrumentos de la banda de guerra, que los niños usaban para bailar, flotaban al garete entre los peces de colores liberados de la pecera de mamá, que eran los únicos que flotaban vivos y felices en la vasta ciénaga iluminada. En el cuarto de baño flotaban los cepillos de dientes de todos, los preservativos de papá, los pomos de cremas y la dentadura de repuesto de mamá, y el televisor de la alcoba principal flotaba de costado, todavía encendido en el último episodio de la película de media noche prohibida para niños.

Al final del corredor, flotando entre dos aguas, Totó estaba sentado en la popa del bote, aferrado a los remos y con la máscara puesta, buscando el faro del puerto hasta donde le alcanzó el aire de los tanques, y Joel flotaba en la proa buscando todavía la altura de la estrella polar con el sextante, y flotaban por toda la casa sus treinta y siete compañeros de clase, eternizados en el instante de hacer pipí en la maceta de geranios, de cantar el himno de la escuela con la letra cambiada por versos de burla contra el rector, de beberse a escondidas un vaso de brandy de la botella de papá. Pues habían abierto tantas luces al mismo tiempo que la casa se había rebosado, y todo el cuarto año elemental de la escuela de San Julián el Hospitalario se había ahogado en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. En Madrid de España, una ciudad remota de veranos ardientes y vientos helados, sin mar ni río, y cuyos aborígenes de tierra firme nunca fueron maestros en la ciencia de navegar en la luz.

Gabriel García Márquez


lunes, 14 de diciembre de 2015

FERIA DE LA LUZ - EL RINCÓN DE LAS PALABRAS ILUMINADAS


Con esta actividad intentamos iluminar esas palabras que se van apagando, esas palabras que ya solo se escuchan en los pueblos y en boca de los mayores. Aparecieron palabras como ZARCILLOS, PERCOCHADO, ALJOFIFA, ALCANCÍA, HERRETE, SAYA, SAYUELA COLMADO, ULTRAMARINOS... 







domingo, 13 de diciembre de 2015

FERIA DE LA LUZ - ILUMINAMOS A LAS MUJERES

Los alumnos de 2.3 realizaron con Sara, su profesora de Historia, una línea del tiempo larga, muy larga. Alumnos de otros cursos fueron rastreando por la historia a todas esas mujeres que suelen quedarse a oscuras, olvidadas, sepultadas por la sombra de un mundo pensado por y para hombres. Escribieron sus biografías y crearon unos soles amarillos y luminosos con sus nombres.






La actividad consistía en poner cada sol-mujer en la época que le correspondía. Casi siempre acertaron.

Colgamos las biografías, como ropa al sol, para airearlas bien.

sábado, 12 de diciembre de 2015

LA FERIA DE LA LUZ

Sabemos que lo contamos con retraso, pero es que acabamos de nacer y todavía nos cuesta caminar por este Camino de la Arboleda. Lo importante es que lo contamos.

Los días 11, 12 y 13 de noviembre nuestro instituto abrió sus puertas para mostrar la luz, vista desde varios primas. Fue nuestra aportación a la XV Semana de la Ciencia. 

Fueron varias semanas de trabajo de profesores y alumnos. Muchos departamentos participaron, y fue hermoso crear algo en común. Atrapamos sombras, aprendimos a mirar por un microscopio, medimos nuestra altura midiendo nuestra sombra, creamos arte con luz... 

Ofrecemos aquí algunas imágenes de aquellos días y, poco a poco, irán apareciendo las actividades de nuestro departamento. 







viernes, 4 de diciembre de 2015

HOJAS DE OTOÑO

Parece que fue ayer cuando empezó el curso, y ya estamos terminando el primer trimestre. Pero antes de que se nos escape de las manos, queremos dejar constancia en nuestro recién inaugurado blog de las hojas de otoño que fueron cayendo, llenas de poesía, por el instituto. 









Con ellas, los alumnos se han acercado a la poesía. Ya se sabe, no hay nada más poético que un crepúsculo otoñal.


VIENTO DE OTOÑO

Hemos visto, ¡alegría!, dar el viento
gloria final a las hojas doradas.
Arder, fundirse el monte en llamaradas
crepusculares, trágico y sangriento.

Gira, asciende, enloquece, pensamiento.
Hoy da el otoño suelta a sus manadas.
¿No sientes a lo lejos sus pisadas?
Pasan, dejando el campo amarillento.

Por esto, por sentirnos todavía
música y viento y hojas, ¡alegría!
Por el dolor que nos tiene cautivos,

por la sangre que mana de la herida
¡alegría en el nombre de la vida!
Somos alegres porque estamos vivos.


José Hierro

martes, 24 de noviembre de 2015

INICIAMOS NUESTRO PASEO POR EL CAMINO DE LA ARBOLEDA

El blog del Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Palomeras Vallecas comienza su andadura. Lo hacemos con la esperanza de que se convierta en un punto de encuentro entre compañeros y alumnos, un lugar donde podamos hacer visibles nuestros trabajos y nuestras inquietudes, un lugar para aprender y compartir. Empezamos con mucha ilusión y esperamos llegar muy lejos.